Sunday, October 23, 2005

Ella....



Ella siempre decía que la vida era un sueño.
Me contaba que cada noche se asomaba a su ventana y buscaba la luna.
Se imaginaba ser rescatada de esa torre por un apuesto príncipe que la hiciera sonreír.
Me acuerdo que siempre hablaba de cuentos de hadas, de duendes, de niño/as libres, de magia…
Una vez me susurró al oído un nombre y me dijo que así era como realmente se llamaba. Escapaba de una espiral lineal para poner su toque imaginativo. Su aspecto también la delataba. Muchos colores y muchos estampados. Dos coletas, y una fiel corona ponía el toque inocente.
Se pasaba las horas imaginando.
Me gustaba verla. Era realmente bonita, esa belleza extraña que escapaba de sus ojos. La veías más por dentro que por fuera.
Su pasión era la poesía, en cualquiera de las formas en que se pudiese encontrar; el cielo, el mar, el silencio…
Hablaba de las palabras como un secreto y de los secretos como el elixir de la vida, la vida a su vez traducida en palabras. Su discurso era demasiado abstracto para entenderla desde la monotonía. Tenías que abandonar un estado físico y fundirte en su contexto.
Recuerdo que un día me dijo que odiaba los cuerpos. Que se sentía apresada en ésta envoltura tangible, pero que lo único bueno del vestido corporal era su fascinación por el sentido del tacto. La encantaba tocar y sentir, abrazar y ser abrazada.
Muchas veces tuve curiosidad por saber en qué pensaba, sobretodo cuando sus ojos miraban a un horizonte bidimensional. Una vez tuve la extraña sensación de que ella no era realmente humana, o que quizás era un sueño materializado, ese sueño que como personas todos deseamos. No sé…la verdad es que nunca pude conocerla verdaderamente, había siempre algo que se me escapaba de la razón.
Sobretodo no entendía porque lloraba sin explicación aparente. Me hacía malhumorar. Podía estar sonriendo con la más amplia felicidad y decaer en unas lágrimas asoladoras. Su llanto era como el de un niño. Fuerte y puro. Gritaba y pataleaba a veces, pero solo en la soledad. Aunque lo negara, sabía que no le gustaba llorar con gente. Supongo que se avergonzaba de ese rasgo tan humano, ella no era de aquí.
Me gustaba darle la mano, sentía una complicidad maternal hacía ella, realmente era una niña con aspecto de mujer.
Cada vez que me revelaba un secreto, no podía evitar dejar escapar una risita, que sonrojaba sus mofletes. Como la vez que me confesó que le gustaría ser una sirena, y apretaba sus piernas fuertemente por si crecía una gran cola de pez.
Sin embargo había algo que la envolvía en un manto de inseguridad. Supongo que amaba así como desconfiaba de las personas.
De todas formas creo que hasta para ella se la hacía difícil conocerse.
Lo mas asombroso, era su capacidad por disfrutar de las pequeñas cosas. En cierta ocasión me dijo que tenía cajas y cajas llenas de recuerdos. Lo guardaba todo o sino, lo escribía.
Su tesoro eran sus cuadernos. Llenos de anotaciones y escritos. Supongo que sería su vida novelada. Nunca me dejó verlos, solo en una ocasión me leyó unos párrafos. Había mucho amor en lo que escribía pero también mucho odio. Recuerdo que me intentaba explicar sus teorías. Una vez me estuvo hablado de su filosofía del “blanco y el negro”, pero se me hacía demasiado complejo como para tener un raciocinio entendible. Conjeturaba demasiado, y nunca aprobé su necesidad por complicarse en pensamientos enrevesados que la hacían entristecer. Creo que en cierto modo había algo de satisfacción en sus problemas existenciales. Quizás pensaba que la hacían diferente.
Me daba miedo dejarla sola cuando sabía que estaba llorando por dentro, porque eso significaba que tarde o temprano estallaría en un lamento en desenfreno. Luego deliraba y hablaba de cosas sin sentido, o por lo menos yo no entendía.
La verdad es que a su lado podías sentirte muy cerca y a la vez muy distante.

Sé que tenía muchos miedos, temores absurdos a mi parecer, y que contrastaban con esa fuerza y energía que radiaba en ella. Tan feliz y tan triste. Creo que en realidad no la dejaban vivir.
Me sorprendía su gran facilidad al narrar historias y cuentos, el crear un ambiente espontáneo mágico y fantástico, y sin embargo se mostraba vergonzosa o distante cuando se conversaba de temas “terrenales”. Puede que su imaginación la impidiera mezclarse demasiado en un mundo asiduo.
No sé….se me hace difícil describirla. Solo sé que me encantaba. Era una de esas personas que la ves incapaz de hacer mal a nadie, en tal caso…se lo haría a ella misma.

Y ahora…me siento muy sola. La echo de menos. Me habló de un viaje o un compromiso y se fue. Nunca le gustaron las despedidas, siempre intentaba huir de ellas. En cierto modo, sigue conmigo. Nunca se fue. La sigo sintiendo aquí.
Hay veces que la veo, en una mirada, en un espejo, en unas palabras. Somos inseparables.
Sé que volverá, esto solo es un paréntesis. Necesita pensar. Ya lo hizo muchas veces, pero creo que no tardó tanto. Y supongo que cada vez será más tiempo. Cada vez se le hace más difícil vivir.
Sabe que siempre me tendrá, aunque últimamente se quiera distanciar de mí. Yo la tengo envidia, y creo que ella me tiene miedo. Otro de sus extraños temores, entreveo.
Pero sabe que nunca la haré daño porque somos una.
La verdad creo que la necesito yo mas que ella, su libertad me encelosa, y ahora soy yo quien llora…. ¿Dónde fuiste?....¿Quieres crecer?....Vuelve Collette.

2 Comments:

Blogger layoli said...

Quizás no se haya marchado tan lejos, quizás se ha desintegrado para mezclarse con tu esencia. Quizás seas ahora más ella que tú misma.
O quizás te la está robando la realidad...
Pero de lo que estoy segura es de que volverá, ¡claro que volverá! Porque me dio su palabra, porque ya no es sólo tuya (quizás yo también me haya apropiado de ella, pero sólo un poquito...). Va a volver porque yo la espero, y porque la sigo sintiendo sé que no está lejos. Sigue aquí, sólo que duerme, pero no ceso en mi intento de despertala con la brisa del mar. Porque aquí permanezco sentada, sola en la playa y bajo la luna, tu luna.

2:56 PM  
Blogger zen said...

Nunca dejes a esa niña marchar,
porque si un día ella marchara y no la pudieras encontrar..¿donde irian esas alas con las que solías volar?

¡¡Ofrece tu mano a esa niña!!
tu vida y tu abrazar,
que no la maten las riñas,
de los que nunca la supieron amar.

4:57 PM  

Post a Comment

<< Home